sábado, 3 de diciembre de 2011

EL MAESTRO SARMIENTO: "LA TIERRA PARA EL QUE LA TRABAJA"

Hoy el Delta vive el fenómeno inverso al que soño Domingo F. Sarmiento hace más de 100 años. Los isleños son expulsados de las tierras que trabajan hace décadas para que voraces inversores hagan sus maquetas de barrios privados comprando por monedas y vendiendo por millones. El turismo berreta y destructivo altera todo el hábitat bucólico de la isla convirtiéndolo en un infierno más que un paraíso.
Sarmiento, que había recorrido los Estados Unidos, imaginó un tipo de colonización de las islas similar al de ese país, en el que la tierra era otorgada al que la trabajaba. Sostenía la idea con respecto a la forma tan discutida de otorgar la posesión que "para poner término a tantas divagaciones e incertidumbre, es que la propiedad de las islas sean otorgadas a sus actuales poseedores, sin mensura y sin otras condiciones que aquellas en cuya virtud poseían."


Así lo sostuvo en una sesión de la Cámara de Diputados de la Nación en 1886, manifestando que el trabajo sobre las islas otorgaba el verdadero valor a esas tierras y justificaba su propiedad.Esto se concreta en 1888, cuando la provincia de
Buenos Aires sanciona la ley 2072 que se constituye en el primer cuerpo legal orgánico en la materia, tendiendo fundamentalmente a adjudicar en venta las tierras ocupadas y las cedidas por el decreto antes mencionado. Como resultado de esto, se transfirieron al dominio privado una superficie aproximada al 55% del total del Delta Bonaerense en 45 años de vigencia.

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