viernes, 2 de enero de 2015

INSECTOS EN LA HUERTA

Dos grupos de insectos habitan nuestra huerta. Unos resultan benéficos y otros se transforman en plagas que afectan el crecimiento de las verduras. Saber identificarlos y reconocerlos será el objeto de esta nota para poder actuar en consecuencia. De yapa, el autor nos deja una lista de preparados caseros.  
 Por Federico Baglietto


La cantidad y diversidad de insectos que podemos encontrar en una huerta en la isla durante el verano es inmensa, sin embargo, no son tantos los que pueden afectar o atacar a nuestras plantas. En principio podemos distinguir a grandes rasgos entre dos importantes grupos de insectos: los que se alimentan de plantas, llamados fitófagos y los que se alimentan de otros insectos, denominados predadores o entomófagos. Existe una estrecha relación entre estos dos grupos de insectos y la salud de nuestra huerta dependerá en gran parte del grado de equilibrio que surja de esta interacción. Ocurre que si procuramos que en nuestra huerta proliferen los insectos predadores, éstos ayudarán a controlar la población de insectos fitófagos al alimentarse de ellos. En definitiva, lo que llamamos “plaga” no es otra cosa que un grupo de insectos que se reprodujo en forma desmedida a causa de un desequilibrio ambiental, causado seguramente por acción del hombre. En este sentido, el uso indiscriminado de plaguicidas en la agricultura extensiva crea muchas veces un fenómeno llamado “vacío biológico”. Dicho vacío se produce debido a que los agrotóxicos matan tanto a insectos fitófagos como a  los predadores. El resultado es que al no tener ya enemigos naturales, los insectos que se alimentan de plantas vuelven a reproducirse rápidamente, más aún al tener a su disposición la interminable cantidad de alimento que representa un extenso monocultivo.
En un ecosistema natural diversificado y en equilibrio no encontraremos “plagas”, ya que existen una serie de complejas interacciones entre los distintos individuos de ese ecosistema que da como resultado un balance entre las poblaciones de insectos. Siempre habrá predadores que se alimenten de fitófagos y a su vez, éstos últimos no dispondrán de alimento en forma desmedida, ya que habrá una gran diversidad de especies vegetales. Esta biodiversidad propia de los ambientes naturales es lo que buscaremos reproducir   en nuestra huerta.  
En segundo término será necesario, en muchos casos, complementar el control de insectos perjudiciales aplicando insecticidas caseros elaborados a partir de elementos naturales, como veremos más adelante.

BICHOS Y BICHOS…

Los insectos fitófagos que podemos encontrar más habitualmente en la huerta son: pulgones, moscas blancas, cochinillas, cinches, trips, ácaros, hormigas negras y vaquitas verdes o amarillas con manchas negras, entre otros.
Hormiga cortadora
Por otro lado, los predadores más comunes son: sírfidos, mantis religiosa o tata dios, vaquita de San Antonio roja o blanca/negra/roja, crisopas y micro avispas parásitas.

Características generales de los fitófagos

·         Pulgones, moscas blancas y cochinillas: Estos tres grupos de insectos pertenecen al orden de los homópteros y tienen en común que se alimentan de la savia de las plantas, la que succionan con un aparato bucal desarrollado especialmente para ese fin. Otra característica importante que los asemeja es que secretan una sustancia azucarada,  pegajosa y brillante que podemos observar en la superficie de la hojas de las plantas atacadas por ellos. Este excremento compuesto principalmente por savia y glucosa fermenta rápidamente ayudado por el calor y la humedad, dando origen a hongos que luego enferman y debilitan a la planta. Un típico caso es un hongo llamado fumagina, que se observa como una capa de polvillo negro que cubre habitualmente las hojas de los cítricos y jazmines atacados por cochinillas.

Mosca blanca




Otra característica propia de los homópteros es que muchos de ellos son transmisores de enfermedades virósicas de las plantas.
Los pulgones en particular son muy comunes tanto en la huerta como en algunas plantas ornamentales, especialmente en rosales. Son insectos pequeños, de forma redondeada y miden por lo general 1 ó 2  milímetros. Los hay de diferentes colores según las especie, siendo los más comunes los verdes, negros o grises (estos últimos muy frecuentes en repollos). Son de hábitos gregarios, concentrándose en grandes grupos en los lugares donde hay mayor circulación de savia como en hojas y brotes jóvenes. Se reproducen a una enorme velocidad, su tasa de natalidad es altísima y pueden incluso reproducirse por “partenogénesis”, que significa que las hembras pueden dar descendencia en forma continua sin siquiera copular con un macho. Por otro lado, las cochinillas se observan como pequeñas “costras” redondeadas de color marrón, rojo o blanco adheridas al envés de les hojas o en troncos y ramas. Son comunes en cítricos, manzanos y perales. Esa costra que observamos es un escudo hecho de una cera especial segregada por la cochinilla para protegerse del ambiente y los predadores. El verdadero insecto es muy pequeño y se encuentra debajo del escudo.
Por su parte, las moscas blancas, miden aproximadamente 2 milímetros y se esconden detrás de las hojas de las que succionan savia para alimentarse. Si sacudimos las ramas de la planta afectada veremos volar una gran cantidad de estas mosquitas de color blanco amarillento. También producen hongos a través de sus secreciones y son trasmisoras de virus.
·         Vaquitas Fitófagas: Las vaquitas pertenecen al orden de los Coloeópteros, es decir que son parientes de los escarabajos y se ubican más exactamente dentro de la familia de los Coccinélidos. Las que se alimentan de plantas y que podemos ver en la isla son en principio dos: La Vaquita de los melones y la Diabrótica Speciosa. La primera es de color amarillo/ocre con manchas negras y se alimentan de las hojas de plantas de la familia de las Cucurbitáceas como zapallo, sandía, zapallito, etc. Sus larvas son como pequeñas gatas peludas de color amarillo con pelos negros. Para controlar la reproducción de este insecto conviene revisar las plantas de zapallo diariamente, en el envés de las hojas encontraremos sus huevos de color amarillo formando grupos. Lo que se hace es simplemente aplastarlos con los dedos para evitar que nazcan las nuevas larvas.
Vaquita fiófaga
      La Diabrótica Speciosa es una vaquita de color verde intenso con puntos                      
      anaranjados. Es polifitófaga, es decir que se alimenta de muchas plantas diferentes y  
       su aparición en el delta es bastante reciente. Es común verlas dentro de las flores de
       calabaza donde se alimenta de los estambres de las mismas impidiendo la    
       fructificación.
·         Hormigas cortadoras (negras): En la isla, las hormigas negras son  problemáticas sobre todo en los terrenos altos, especialmente cuando hay albardones bastante elevados, ya que ahí es donde establecen grandes hormigueros. La hormiga segrega una sustancia llamada ácido fórmico que utiliza para cortar las hojas de las plantas, las cuales se intoxican por su acción. Por otro lado la reducción de superficie fotosintética a causa de la pérdida de hojas, mas la pérdida de reservas contenidas en éstas hace que la planta se debilite considerablemente.
  
·         Trips: Son insectos muy pequeños, no miden más de 2 milímetros, de forma alargada y alas pegadas al cuerpo. La especie mas común en nuestra zona es la Frankliniela Occidental y es de color amarillo. Suele esconderse en el envés de las hojas y entre las flores de las plantas que ataca. Es particularmente problemática por transmitir enfermedades virósicas, sobre todo en plantas de tomate.


Características generales de los predadores

·         Sírfidos: las moscas sírfidas o sírfidos son esos insectos con el abdomen a rayas amarillas y negras (algo parecidas a una abeja paro mas delgadas) que sobrevuelan las flores y quedan por momentos suspendidas sobre ellas. Seguro las veremos especialmente en primavera y verano si prestamos atención. Ponen sus huevos en las plantas que tienen pulgones. Sus larvas al nacer y durante todo su desarrollo comen grandes cantidades de pulgones. Es un mini espectáculo impresionante ver las larvas de sírfido comer un pulgón tras otro casi sin parar.
·         Vaquitas predadoras: Otro insecto predador muy importante es las vaquita de San Antonio, especialmente las de color rojo, también las rojas con puntos negros y las que combinan los colores negro, blanco y rojo. Todas ellas se alimentan de pulgones, ácaros y cochinillas.  Sus larvas son muy voraces y recorren las plantas continuamente buscando alimento. La mas frecuente es la Eriopis Connexa, que es negra con puntos rojos y blancos, sus larvas son de color similar y se mueven con rapidez para cazar pulgones y otros insectos.
Vaquita predadora
·         Crisopas: Pertenecen al orden de los Neurópteros. Se ven en primavera y verano, son de aspecto delicado, tienen grandes alas transparentes y el cuerpo generalmente de color verde. La que podemos encontrar en el delta y costa del Río de la Plata es la Chrysopa Lannata, y es de color verde amarillento. Sus larvas tienen fuertes mandíbulas en forma de sable y son grandes cazadoras, se alimentan de pulgones, moscas blancas, ácaros, cochinillas y trips, entre otros.
·         Mantis religiosa: También conocida como tatadios, pertenece al orden de los Mantoideos y vive un año entero hasta completar su desarrollo. Es un gran cazador y come todo tipo de insectos. Tiene la habilidad de mimetizarse con la vegetación para esconderse de los pájaros.
·         Microavispas parásitas: Éste es un tipo especial de predador ya que no se alimenta directamente de su presa, sino que la parasita. Estas avispitas miden menos de un milímetro y son mucho más comunes de lo que parece. Lo que hace este diminuto insecto es poner sus huevos en pulgones, orugas o diferentes tipos de gusanos.  Incluso existe la especie Trichopria anastrepha, que parasita la larva de la mosca de los frutos, aunque lamentablemente es muy poco frecuente en nuestra región.
Crisopa
La larva de la microavispa se aloja dentro del insecto parasitado y se alimenta lentamente de él hasta completar su desarrollo, momento en que emerge la avispa adulta. Los pulgones parasitados por microavispas se llaman “momias” y se distinguen fácilmente porque se hinchan notablemente y se ponen de color ocre o marrón. Si nos acercamos a una planta atacada por pulgones y observamos con detenimiento, seguro veremos estas momias o pulgones parasitados. 

PENSANDO UNA ESTRATEGIA…

Ahora bien, ¿qué podemos hacer  para que estos insectos benéficos estén presentes en nuestra huerta, los frutales o el jardín?
En principio podemos atraerlos creando un hábitat que les sea favorable, para esto debemos ofrecerles dos condiciones indispensables: refugio y alimento.
Pulgones

Los matorrales cumplen muy bien esta función, por eso es conveniente dejar algunos sectores con vegetación espontánea y yuyos varios para que los insectos predadores tengan donde refugiarse. En una huerta con todo el pasto bien corto y sin ninguna “maleza” no tendrán lugar para vivir y esconderse. Esto se observa también a gran escala en la agricultura extensiva. Las grandes extensiones sembradas con monocultivos son rociadas periódicamente con herbicidas que dejan el terreno totalmente “limpio” y libre de yuyos, incluyendo muchas veces los bordes de sembrados y caminos, sectores con alambrados, etc. Esto implica, además de la evidente contaminación, una enorme pérdida de biodiversidad, lo que se traduce en desequilibrio ambiental y un aumento en la incidencia de plagas. Generalmente la respuesta a esto suele ser la aplicación de más pesticidas, lo que genera un círculo vicioso que parece no tener fin.
Como vimos antes, además de lugar para refugiarse, los insectos predadores necesitan un alimento especial que podemos proporcionarles para atraerlos. Sucede que las hembras de vaquitas, crisopas, etc. precisan proteínas para reproducirse, y la fuente de este alimento está en el polen de las flores. Por eso es muy importante incluir diversas flores en la planificación de siembra de la huerta. 
      Las hembras de sírfidos, crisopas y vaquitas prefieren las flores como caléndulas,
      copetes o margaritas. También buscan flores de la familia de las crucíferas, como
      repollo, brócoli o rúcula, por eso es bueno dejar florecer alguna de estas plantas en
      nuestra huerta.                    
Por otro lado, las microavispas buscan flores más pequeñas, especialmente las de la familia de las Umbelíferas, como perejil, zanahoria o hinojo. Por eso también        
conviene no cosechar algunas de estas plantas y dejarlas florecer libremente. Casi todas las flores en general serán buenas para atraer insectos predadores, podemos agregar también capuchina o taco de reina, alisum, borraja, leguminosas en general, mostaza, vara dorada, etc. Esta última es una planta nativa que tiene la ventaja de florecer en otoño, época en que hay muy pocas flores. En definitiva,   cuantas mas flores mejor. Y sobre todo es importante lograr continuidad en los momentos de floración de las distintas especies para que los predadores siempre dispongan de polen para asegurar su reproducción. Ahora bien, digamos que “no todo son flores”, y más allá de la búsqueda del equilibrio biológico, será necesario en muchos casos recurrir a soluciones mas directas para salvar rápidamente alguna planta muy afectada. Muchas veces nos encontramos por ejemplo con una población de pulgones demasiado avanzada y en esos casos puede ser necesario aplicar algún preparado que detenga su avance. Veamos entonces qué podemos hacer en estos casos… 
          
      RECETAS DE RECETAS DE PREPARADOS CASEROS

-          Alcohol de ajo: 5 dientes de ajo procesados o picados bien finos mezclados con ½ litro de agua y ½ litro de alcohol. Lo colamos y guardamos en la heladera. Lo rociamos sobre las plantas para controlar pulgones, moscas blancas y ácaros.
-          Purín de paraíso: Éste es un preparado que sirve para controlar insectos más resistentes como hormigas negras, langostas o chicharritas y vaquitas verdes. Colocamos aproximadamente dos kilos de frutos maduros de árbol de paraíso y hojas del mismo en un balde con agua. Lo dejamos macerar una semana y lo colamos. Luego lo rociamos sobre las plantas atacadas.

-          Tierra de diatomeas: Está compuesta por algas fosilizadas microscópicas y tienen un afecto abrasivo sobre gran cantidad de insectos. Es muy efectivo y no produce ningún tipo de contaminación ni toxicidad. Actúa por contacto y se consigue sin dificultad en viveros especializados. Se aplica mezclado con agua.
-          Ruda: 150 gr de hojas frescas por litro de agua maceradas durante diez días. Sirve contra pulgones y moscas blancas.

-          Azufre mojable: También se aplica mezclado con agua. Es muy útil espacialmente para trips y ácaros.


     -  Cuasia amarga: dejar macerar unos días y aplicar sobre las plantas. Sirve 
         contra insectos en general y es muy buena para larvas de gusanos.
            


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